Aquí nos tocó vivir

Por: Erick Gunther

Analizando el calendario de partidos amistosos contra Costa Rica, Holanda y lo mas seguro Japón de la selección mexicana rumbo a las eliminatorias me quede pensando en el paupérrimo nivel que se exhibe en la CONCACAF, por los siglos de los siglos no existirá excusa alguna de no acudir al mundial y de paso “Caminando” estas dantescas eliminatorias, y sinceramente exhibir un mejor futbol, ya que contamos con la infraestructura, patrocinadores y material humano para llevarlo a cabo de acuerdo al estado de gracia que se ha estado exhibiendo en todas las categorías de representativos nacionales, sobre todo las selecciones juveniles.

Ya reflexionando a la confederación a la que pertenecemos me remonte al mundial de Corea 2002 donde la sorprendente selección otomana logro un histórico tercer lugar, demostrando un gran progreso gran parte de ese éxito fue que la selección de Turquía pidió a la UEFA que pudieran disputar su etapa clasificatoria en suelos del viejo continente y no en Asia como lo venían haciendo habitualmente y que por ubicación geográfica se encuentra entre el continente europeo y el asiático.

Ya aterrizándolo a la selección azteca, la FEMEXFUT habrá considerado que para ganar fogueo y roce de alta competencia y con ello tener un verdadero parámetro en competencias internacionales y hablando mas en especifico del Mundial de futbol y ese añorado 5to partido creo que deberíamos lograr la clasificación al mundial en el área de CONMEBOL, pero conociendo los intereses que están de por medio, y con ese latente riesgo de no asistir a un Mundial, tal vez nunca pase y nunca podremos saber en que verdadero nivel estamos.

Y ojo que el GIGANTE DE LA CONCACAF empieza a rezagarse ya en que el recambio generacional ya alcanzo al país de las barras y las estrellas y tiene una media cancha que ya esta aportando talento en el viejo continente y ya ni hablamos de Alphonso Davies canadiense campeón de la Champions League con el Bayern Múnich, como diría Cristina Pacheco «Aquí nos tocó vivir».