La cancha disidente
Por: Michelle Chacón / Girl Up Latinoamérica
#EllasEnElEstadio ¿cuándo?
Los estadios deportivos se han convertido en la casa de los equipos deportivos donde sus aficionados se reunen para celebrar el fútbol. La energía que existe en este lugar, donde hay un sentido de pertenencia al mirar a les jugadores y les aficionades con los mismos colores de tu equipo, además de todos los eventos históricos significativos que ocurren ahí, convierte a los estadios en algo representativo para un club, jugadores y afición. Entonces, ¿qué pasa cuando estos lugares tan mágicos e históricos son inaccesibles para un equipo de fútbol de primera división?
Este torneo AP 2021, el Cruz Azul Femenil de la Liga MX Femenil hizo historia al pasar por primera vez a la liguilla, el rival al que se enfrentarían sería Tigres Femenil, el actual campeón de la liga. Sin embargo, se determinó que el partido de ida de cuartos de final se jugaría en una cancha de entrenamiento del complejo deportivo “La Noria”. Esto dejó con un mal sabor de boca a todes les aficionades que esperaban ver a su equipo jugar en el Estadio Azteca, tal como lo hace el equipo varonil, pero no fue así, a pesar de las distintas quejas que se hicieron presentes con el hashtag #EllasEnElEstadio en redes sociales. Este caso ni siquiera pasaría en el fútbol varonil, ¿cómo un equipo profesional de primera división va a jugar en una cancha de entrenamiento uno de sus partidos más importantes?
Con relación a lo anterior, un día antes de que se jugarán los cuartos de final de ida en La Noria, las jugadoras de Cruz Azul Femenil apoyaron con porras a la Sub-20 del equipo varonil que se dirigía al Estadio Azteca donde jugarían su final. Este es un “No nos importa nuestro equipo femenil” contundente por parte de la directiva. No es posible que el equipo MAYOR femenil no juegue en su estadio.
Por otro lado, tenemos también el caso reciente de Atlas Femenil. El lunes 6 de diciembre, mientras ellas jugaban sin gente los cuartos de final en el Estadio Jalisco contra Santos, afuera en la taquilla había fila para comprar los boletos de la final varonil. Esto no ocurrió debido a falta de interés de la afición para ir a verlas jugar, simplemente el Atlas decidió hacer el partido a puerta cerrada. Esto a pesar de que el equipo femenil lleva torneos mostrando resultados contundentes, además de contar con una de las mejores jugadoras de la liga y del fútbol mexicano (Alison Gonzalez). Esto es el reflejo puro de la desigualdad de condiciones en el fútbol mexicano.
Algunos directivos se quejan de que “No hay quien las vaya a ver” pero cómo esperaban que crezca el interés en el fútbol femenil si el mismo club no promueve y tampoco permite que la afición vaya a ver a su equipo femenil al estadio. Estos equipos femeniles son profesionales y de primera división, por lo tanto deben ser tratados como tal, pues es parte de la profesionalización del fútbol femenil en México.
A pesar de que no es la primera vez que no permiten que un equipo femenil de primera división juegue en su estadio, estos casos nos llevan a cuestionarnos que como mujeres siempre tenemos algo más que demostrar, a pesar de que hagamos las cosas bien, nunca es suficiente. Pareciera que los equipos de la rama femenil que continúan haciendo historia no tienen los méritos suficientes para jugar en un estadio con su afición. Como dice La ‘Barra Feminista’ : “Jugar en un estadio dignifica y aporta seriedad al trabajo de una jugadora profesional de futbol femenil“. Y es que cuando hablamos de condiciones justas, no sólo nos referimos al salario, también nos referimos a este tipo de situaciones.