Desde la grada feminista

Julieta Ortega | Girl Up

Julieta Ortega | Girl Up

Por: Julieta Ortega / Girl Up Latinoamérica

Visión patriarcal en el deporte

Historicamente las mujeres hemos sido percibidas como objeto de consumo del patriarcado capitalista, se ha creado una visión de nuestros cuerpos que nos relaciona unicamente con el placer sexual masculino y la satisfacción del hombre heterosexual. Podemos notar como en todos los medios nuestro valor es reducido a ser caras y cuerpos bonitos, según la “norma”, mientras que nos esforzamos por ser reconocidas por nuestros logros y capacidades.

Como es de esperarse, el ámbito deportivo no es la excepción y hay diversas actitudes machistas involucradas en el desarrollo de reglamentos deportivos, sobre todo los relacionados a la vestimenta necesaria para participar. La diferencia entre los uniformes deportivos de equipos femeniles y varoniles en algunas disciplinas es bastante notoria y no debe dejar de ser señalada. Hemos normalizado que las atletas femeninas porten uniformes que dejan al descubierto gran parte de su cuerpo, incomodándolas al momento de competir e impidiendo que tengan el mejor desempeño posible, con el único objetivo de sexualizarlas y llamar la atención del público masculino.

Según la Asociación Americana de Psicología (2007), la sexualización se lleva a cabo cuando se le adjudica un valor a una persona tomando en cuenta unicamente su atractivo físico mientras que se le confiere un carácter o significado sexual sin que necesariamente lo tenga. De esta manera, se presenta a las atletas femeninas en trajes de baño y leotardos innecesariamente descubiertos, shorts muy cortos y ajustados, con la excusa de que esto les ayudará a tener un mejor desempeño en su disciplina, sin embargo, a los atletas masculinos se les permite participar con ropa holgada y cómoda.

Se habló mucho de esta problemática en los pasados Juegos Olímpicos de Tokio 2020, debido a que las gimnastas alemanas decidieron utilizar un enterizo que cubría todas sus piernas en lugar del típico bikini, simplemente por comodidad. Ellas se mostraron en favor de que todxs lxs atletas tengan la oportunidad de elegir que ropa usar para competir.

La polémica surge debido a que estos uniformes no están hechos para satisfacer la visión patriarcal del cuerpo femenino, sino para brindarle comodidad a las atletas al momento de competir, lo que incomoda al público y se buscan excusas para sancionar la acción y evitar que vuelva a suceder, sin embargo, estas excusas solo demuestran nuevamente que la única “necesidad” que se satisface es la del hombre heterosexual.

Otra problemática de la visión patriarcal en el mundo del deporte sale a relucir cuando en los medios de comunicación se habla de deporte femenil. Mientras que a los atletas masculinos se les aplauden sus logros deportivos y se muestra interes en su desempeño a lo largo de toda su carrera, a las atletas femeninas se les crítica la forma en la que se ven, cómo se visten, con quiénes se relacionan, etc. y el ojo público se enfoca unicamente en su vida personal, dejando de lado todas sus capacidades y logros deportivos. Es por esto que las atletas y equipos femeniles deben esforzarse más por tener la misma atención que se les da a los equipos varoniles.

Es importante que cuestionemos el trasfondo cultural de los reglamentos de vestimenta y que tomemos en cuenta los constructos sociales que se han utilizado para imponer estas normas, para que de esta manera podamos poco a poco cambiar nuestra mentalidad, y con ello dichos reglamentos. Así podemos brindarles espacios seguros para competir a todxs lxs deportistas.

También es nuestra responsabilidad elegir conscientemente los medios que consumimos, tomando en cuenta de qué manera éstos presentan los logros de las mujeres deportistas y si la información proporcionada tiene un enfoque con perspectiva de género o no, así como señalar las actitudes misóginas y machistas que se presenten en los medios de comunicación para erradicarlas por completo y que la información se presente de manera clara y objetiva.