Análisis con la pluma
Por: Oswaldo Vázquez
Karim Benzema, cuando el amor se va
Las despedidas son tan especiales, queman, pero dejan un sentimiento extraño, llegan hasta la medula y se te quedan allí por mucho tiempo, o para siempre. Ese día llegó, el momento en el que tienes que soltar y seguir con la vida.
Un día alguien me dijo que antes de que un ciclo termine y tengas que despedirte, debes agradecer por haber vivido la experiencia y aunque dejar ir duele, vivirlo fue mejor que no haberlo hecho. Esto tiene sentido cuando lo reflexionas y lo aceptas, pero aún así, cuando los caminos se separan, lo mejor es continuar y enmarcar en el recuerdo los momentos mágicos.
Karim Benzema ya no jugará más con el Real Madrid, ha finalizado una fabulosa era que quedara en nuestra memoria por la eternidad, se va el goleador histórico y con él se van un montón de recuerdos, desde el día que llegó hasta el último de sus días con la playera blanca, esa misma que será extraña con el dorsal 9 y otro apellido.
Debimos disfrutar más “al gato” cuando pudimos, hoy ya es tarde para hacerlo y no queda más que mirar YouTube y ver los cientos de goles que hizo, cada taconazo o todas las alegrías que le dio al madridismo. Todo lo que hizo en el equipo de Chan Martin es imborrable, va a tomar tiempo digerir la despedida de un dotado en el césped como Benzema.
Quien diría que aquel joven que llegó con un montón de sueños al Santiago Bernabéu, sería el segundo máximo anotador y el primer asistidor en toda la historia del club más importante del mundo. Que increíble ha sido acompañar a Karim en este camino, ver su evolución como jugador desde aquel 2009 y darse cuenta de todo lo que creció, el Real Madrid fue en donde Benzema comprendió el fútbol, en cada uno de sus roles.
Finalizó el concierto del francés, un show que tuvo de todo, pero cuando el protagonista entonaba cada filigrana, la puesta en escena llevaba al clímax a los espectadores, los goles fueron el recital perfecto para encender la luz del celular y admirar lo que Karim era capaz de hacer con una pelota en los pies. A lo largo del espectáculo, el público coreó su nombre una y otra vez, era una muestra de cariño para expresar el amor hacia el delantero.
Benzema llegó con solo una maleta y se va con muchas más, cargadas de títulos colectivos e individuales, es un campeón que no tiene techo, se va por la puerta grande, enseñándonos que el momento llega para el que sabe esperar.
Concluye un ciclo, pero comienza el legado que ha dejado Karim, un histórico de los merengues. Los años pasarán y le contaremos a nuestros hijos o a nuestros nietos que algún día existió un jugador que hizo más grande al Real Madrid y que la elegancia para jugar era una de sus mayores virtudes.
Benzema es el arte de jugar, la poesía dentro del campo y la mejor puesta de sol, el francés es fútbol puro, es el último abrazo antes de despedirte de tu amado o amada. No, inclusive, Karim es más que todo eso, pero cada palabra sobra, está de más decirlo.
La relación Benzema- Real Madrid ha terminado, pero con buenos términos, siendo amigos y no enemigos, el romance concluye porque así tiene que ser, difícil de entender, pero así es. Seguramente cada uno tendrá un lugar muy valioso para el otro, de repente se escribirán y se reunirán para tomar un café y ponerse al día. Los sentimientos permanecen y aunque ya no estarán juntos, seguro Karim amará toda la vida al club que le dio todo, y el Madrid hará lo mismo, cada uno continuando por diferentes caminos.
Ha sido un placer, Karim, tener a uno de los mejores jugadores del mundo con la playera blanca fue increíble, el madridismo no sabe como agradecerte por todo lo que le diste al club, dejas una huella plasmada en la historia del Real Madrid, pero a donde vayas, no dejes de inventar y de hacer goles, eso que sabes hacer muy bien.