Gabriela Martínez

Gabriela Martínez

Por: Gabriela Martínez

El futbol femenil no vende

Cuando escucho que el futbol femenil no vende me molesto mucho. Esta incomodidad va más allá de mi propia práctica de ese deporte, mis fines de semana viendo como cientos de chicas van con sus uniformes a jugar y las historias de señoras mayores de 60 años sobre cómo vieron jugar a México en aquel Mundial femenil no reconocido por la FIFA.

Mi enfado viene cuando hablan de eso desde el desprecio, como si no existieran todos los esfuerzos de las mujeres que decidieron jugar futbol profesional. Si bien la división varonil hoy es uno de los negocios más redituables, no siempre ha sido así. También ellos iniciaron desde abajo y, créanme, el crecimiento del futbol femenil ya no lo detiene nadie.

Me molestan los malos comentarios cuando hay 9 selecciones femeniles incorporadas a la FIFA que ya lograron recibir el mismo sueldo de las varoniles. Tal vez para algunos sean pocas, pero todas pelearon por los pagos equitativos con sus logros deportivos. Por eso, reconozco a Noruega, Nueva Zelanda, Finlandia, Australia, Brasil, Inglaterra, Irlanda, Países Bajos y Estados Unidos, quienes demuestran a las demás naciones posibilidades reales.

También me fastidia cuando llega el clásico “Nadie las ve”, ¿en serio?, están muy equivocados. Desde el primer Mundial de futbol femenil, se han registrado récords de asistencia en varios estadios y a partir del de 2019 el aforo se ha incrementado en grandes eventos como la Champions de mujeres y en ligas nacionales como la mexicana. Tampoco faltan quienes dicen “Nadie las conoce”, pero, por ejemplo, la selección femenil de Australia ya vendió más jerseys que su selección varonil durante y después de Qatar 2022.

Definitivamente, es hora de cambiar de ideas y quitarse la venda.