Así, sin reflectores
Foto: LOSC Lille
Por: Hugo Rodríguez
Como mexicanos nos gusta a postrar en lugares exorbitantes a jugadores que apenas empiezan su proceso profesional. Nos bastan uno, dos goles o una jugada mágica para ya poner en la órbita de equipos europeos al chavito de 17 que tiene menos de 10 partidos en primera división; los medios de comunicación masivos tienden a hacer campañas para inflar de una manera precipitada a jóvenes promesas. Ir construyendo en su público más arraigado la idea de que no está fuera de lugar el querer poner como exportación a ese joven.
Son esas campañas mediáticas las que hacen llegar a la nueva «estrella» a las filas de la mismísima Selección Nacional, no sé si se trata de camuflar el gran hoyo de mediocridad que existe dentro del nivel futbolístico azteca o una necesidad imperante de demostrar que nuestros compatriotas pueden jugar en la élite del fútbol mundial; lo que es seguro es que solo es caldo de cultivo tóxico para qué aquél inflado producto pase sin pena ni gloria a donde vaya.
En días pasados, se anunció la operación en la que Gerardo Arteaga salía de Santos Laguna con destino al Genk de Bélgica; el jalisciense por la naturaleza de su posición no tuvo la misma explosión mediática que puede tener un atacante por los medios mexicanos. Eugenio Pizzuto le hizo segunda al ser anunciado como una de las nuevas incorporaciones del LOSC Lille de la Ligue 1 francesa, ‘Pizzu’ fue bota de bronce en el último mundial sub-17 festejado en Brasil y su carta pertenecía a Pachuca en donde al debutar en liga después del certamen mundialista tuvo una lesión de tibia y peroné que le dejó fuera de las canchas por 6 meses.
Un defensa y un mediocampista, quizá al que menos tiempo se le dio de exposición mediática fue a Arteaga ya que Eugenio daba de que hablar por sí solo desde su actuación en la Copa del Mundo y por esos días se hablaba de que muchos clubes comenzaron a preguntar a Pachuca acerca de su precio para llevárselo al viejo continente. La expectativa siempre existirá en medio de estas operaciones, tomando en cuenta que México es de los países latinoamericanos que menos jóvenes exportan a comparación de Argentina, Brasil y Uruguay.
Lo mejor es que nuestros futbolistas partan a iniciar su proceso al máximo nivel sin tanto reflector, existen verdaderos casos de tremenda exposición mediática y pobres resultados deportivos: Diego Laínez y Edson Álvarez ambos canteranos del Club América; por un lado, está Lainez quien llegó al Real Betis repleto de expectativa y con una decisión que según se dice prácticamente fue tomada por los padres al tener sobre la mesa otra oferta del Ajax de Ámsterdam y estos prefirieron irse a Andalucía. Por otro lado, Álvarez partió a Ámsterdam al darle el sí al Ajax, este defensa central y mediocampista defensivo ha dado un intermitente rendimiento en tierras neerlandesas, hasta con anotación en Champions League pero, no más, su actual entrenador no está convencido de su juego y lo tiene prácticamente borrado del cuadro de Países Bajos.
Arteaga y Pizzuto llegan a dos equipos totalmente desarrolladores de carreras, por el Genk han pasado nombres como: Thibaut Courtois, Kalidou Koulibaly, Onyiye Ndidi, Kevin de Bruyne, Sergej Milinkovic-Savic, Leon Bailey, Divock Origi, Yanick Carrasco, entre otros. El Lille se ha caracterizado también por generar millones de euros a través de transacciones de sus jugadores desarrollados: Eden Hazard, Nicolás Pépé, Rafael Leao, Thiago Méndez, Victor Osimhen y muchos más.
Ojalá que, estos mexicanos puedan poner en alto el nombre de nuestra nación demostrando su mejor fútbol y a la vez desarrollando una mejor versión para dar el salto a los grandes retos en otros clubes de mayor envergadura; abriendo de esa forma nuevas puertas a exportar talento nacional a las mejores canchas del mundo.