Área Técnica
Uso y abuso
Por: Jorge Raúl Nacif
El VAR es una herramienta buenísima, pero su utilización no me parece buenísima. La tecnología en el futbol era ya una asignatura pendiente en nuestra época y celebro que su implementación sea toda una realidad en varias de las ligas del orbe, pero no hay que olvidar que suele ser frecuente aquel refrán de “árbol que nace torcido, jamás su tronco endereza”.
Las bases para la utilización del VAR han iniciado opacas, de tal guisa que su uso se ha convertido en un abuso. Y como hoy en día cualquier comunicólogo arregla el mundo detrás de una computadora o celular, dicho esto con sarcasmo, no me quiero quedar atrás y doy el salto en el vacío con una propuesta para utilizar esta herramienta tecnológica.
De entrada, considero que el VAR solamente debe usarse en dos circunstancias del juego. La primera, cuando se trata de un error que implique una jugada basada en versad absoluta; la segunda, cuando en el terreno de la apreciación exista un fallo realmente grosero por parte del árbitro.
Desglosando el primer caso, reflexionamos sobre acciones que no pueden ser de otra manera; son o no, basándonos en un “sí” o un “no”. Por ejemplo, un jugador está en fuera de juego o no lo está… o el balón entra o no a la portería. Aquí no caben las medias tintas, así que si el árbitro se equivoca, desde el VAR le indican que la decisión sea cambiada… y listo.
El segundo manifiesto implica la apreciación del árbitro dentro de la jugada. La interpretación arbitral es parte de la esencia de este maravilloso deporte, así que no debemos permitir que el VAR dirija los partidos desde las alturas, lo cual además vuelve comodinos a los referees dentro del campo de juego.
El sistema de Video Arbitraje solamente debería intervenir en el caso de una marcación que implique una falla clara, manifiesta y contundente. Por ejemplo, si el árbitro señala un penal y en la toma televisiva queda clarísimo que fue un “clavadazo” en el que ni roce existió; aquí, se le comunica al colegiado de su error y simplemente rectifica, así como puede ser también un artero “planchazo” de expulsión.
Esto implica que el árbitro jamás debe acercarse a ver el monitor; en jugadas de “sí o no”, carece de sentido, pero también en los errores que son clarísimos. Así, puede haber mayor dinámica en el juego y el colegiado no desperdiciará varios minutos analizando una jugada.
De esta manera, se respetan las decisiones del árbitro en acciones donde pueda existir duda o varias interpretaciones, lo cual significa que no hay, en sí, una injusticia.
Para abrochar este texto, es menester recalcar que la utilización del VAR solamente podría darse en jugadas que impliquen goles, penales o expulsiones; las incidencias no vistas, solamente cuando caigan en el terreno de estos tres supuestos. No obstante, se analizará directamente la jugada implícita y no hay que echar para atrás el video para ver si ésta derivó en una supuesta falta, por ejemplo, pues eso ya se juzgó por el árbitro en su momento. Punto.