Por: Erick Gunther

Y no es HERMOSO…

Se jugó el multimencionado Clásico Nacional, América contra Chivas, con el resultado que ustedes ya conocen. Una genialidad de Gio y se acabó, pero no se habla del Clásico, no se habla de si el Guadalajara jugó mal o si el América jugó bien o los dos jugaron muy mal, o Guadalajara atraviesa un momento difícil y el América gana por ganar como sea.

Sino de lo que más se acuerda uno de ese partido es el mal momento que escogió Oribe Peralta, jugador que ni siquiera es titular con Chivas, y que tampoco era titular en el América, y que el América le tomó el pelo al cedérselo gratis, pero con el costo de su sueldo que anda cerca de los dos millones de dólares anuales y el Guadalajara se lo tragó. El famoso intercambio de saludos incluyendo camisetas al término del partido y por la pandemia que no debe estar permitido.

Hay jugadores que, al terminar un Clásico, lo primero que hacen es irse enojados, con la cara abajo, aunque no hubiera público, eso les ayudó a evitar una silbatina y se van, si acaso le dan la mano, un apretón y vámonos a un jugador rival y se siguen de largo. Camino el vestidor ya algunos hablarán o dirán algo, pero quedarse platicando en la cancha como Oribe con varios jugadores del América, riéndose, y que parecía más integrado al América que al Guadalajara, algo sui géneris y miren que nunca he visto semejante cosa en un clásico Boca vs River, Real Madrid vs Barcelona y hasta un Old Firm entre los Católicos del Rangers y los protestantes del Celtic.

Hoy el jugador se ha vuelto más mercenario, no todos, pero sobre todos los que están en la recta final, y deben aprovechar cualquier momento para ganar el último dinero que les puede dar el futbol. Oribe fue un jugador mediano, no fue una gran figura, y al Guadalajara llegó porque el América fue muy listo y se lo vendió a Higuera, que era el que se encargaba de las contrataciones, y él no tenía idea de futbol y se llevó a Oribe Peralta, feliz de la vida con un sueldo altísimo y hoy Oribe es un estorbo para Vucetich, lo metió al final para ver si hacía algo, pero pues ni eso.