Jorga Raúl Nacif, el toreo y futbol es su pasión

Por: Jorge Raúl Nacif

Más allá de atajar

La labor de un portero dentro de un equipo de futbol va mucho más allá de atajar e
impedir goles directamente. Son varias las cualidades que se requieren para cumplir a
cabalidad con la que es, tal vez, la posición más injusta dentro del terreno de juego.

Y es que, cuando te equivocas, solamente está la red detrás de ti. Por ejemplo, un
delantero puede equivocarse siete veces; no obstante, si al final clava el gol del triunfo,
queda como el héroe de la película. Siete errores del arquero en un partido representarían
generalmente siete pepinos en contra.

Es menester de un guardameta brindar seguridad a su defensa. Cuando los zagueros
saben que la portería está bien resguardada, realizan sus funciones con mayor soltura,
naturalidad que se manifiesta al no mostrar tensión en sus movimientos.

El portero es responsable también de ordenar a su defensa. Es por ello que debe hablar
constantemente y ubicar de la mejor manera a los jugadores que tiene cerca,
aprovechando también la amplia visión que le permite tener su posición. En cierta medida,
la coordinación defensiva es influenciada por el arquero.

Jugar el área es otro de los conceptos clave del guardameta. No basta con atajar debajo
del arco, sino que la solvencia queda patente al mostrar eficacia y eficiencia en sus
salidas, la cobertura de su poste, los recorridos y los achiques, siempre con un claro
sentido de la oportunidad.

El futbol moderno exige también un eficaz juego con los pies e incluso la ubicación
precisa para llegar a jugar como un líbero, si las circunstancias del partido así lo exigen.
No cabe duda que, para serlo, hay que parecerlo. Y en el caso de los porteros, esta añeja
sentencia cobra vida nueva. El guardavallas es ese jugador diferente, tanto en el vestir
como en el andar y actuar. Finalmente, loa aficionados siempre queremos goles… y el
arquero los evita.