Desde la banda
Por: Gabriela Martínez
Los jugadores son dueños de sus vidas
Ciudad de México, Ciudad de México a 21 de marzo del 2021.- Hace algunos años, reporteaba en las sedes de algunos equipos de fútbol en la Ciudad de México. Me tocó ver desde jugadores que se detenían a contestar a los medios hasta quienes huían al ver una cámara o micrófono; sin embargo, siempre veía disposición de los futbolistas cuando algún aficionado se les acercaba a pedirles una foto o un autógrafo.
En alguna ocasión, una jovencita besó a uno de los jugadores sin su consentimiento. Entonces, él le pidió que no hiciera eso, la chica se indignó y le gritó: “Ni que fueras tan bueno”. Así es: hay quienes califican a los jugadores de acuerdo a su comportamiento al momento de solicitarles algo.
Recientemente, los reflectores estuvieron sobre Lionel Messi por una situación similar. Mientras el jugador salía de un entrenamiento, los aficionados se volcaron a grabarlo. Molesto, el argentino les pidió parar, acción suficiente para ser criticado en redes sociales. Pero ¿por qué creemos que los deportistas son de nuestra propiedad?
Los aficionados deben respetar la vida privada de los jugadores. Su estatus de figuras públicas no les da permiso de seguirlos o grabar cada uno de sus movimientos. En el campo, como están haciendo su trabajo, darles seguimiento en los medios es muy común, pero saliendo de ese espacio los futbolistas son libres de realizar cualquier actividad.
Ciertamente, varios fanáticos ven en las redes sociales un canal para adquirir popularidad y utilizan la de los deportistas para obtener más seguidores o likes; una práctica cada vez más frecuente sin pensar siquiera en la opinión de los jugadores. No obstante, la afición debería ponerse un momento del lado del futbolista: pudo no haber tenido un buen día, haber fallado el gol del triunfo, haber provocado un mal marcador para su equipo por un error o haber tenido un bajo rendimiento en un partido por alguna molestia extracancha. En situaciones como esas, ¿ustedes querrían salir con una sonrisa o compartir cómo se sienten en ese momento? Lo dudo.
Disfrutemos las hazañas de los jugadores en el terreno de juego, gritemos si hacen una mala jugada, pidamos la foto o video cortésmente; seamos buenos aficionados y dejémoslos vivir fuera de los reflectores. En repetidas ocasiones, he escuchado a la afición quejarse porque los directivos tratan a los futbolistas como cosas; entonces, pongamos el ejemplo y no los veamos como si fueran una más de nuestras posesiones.