Análisis con la pluma

Por: Oswaldo Vázquez / Líderes del deporte

Las grandes diferencias entre el fútbol femenil y varonil en México

Estado de México a 20 de julio del 2021.- Fue en el 2017 cuando se fundó la Liga MX Femenil, si bien marcó un antes y un después en la historia del futbol femenil, ya que hace años era inimaginable el tener una liga propia para mujeres. Las niñas y jóvenes que soñaban con ser jugadoras de fútbol profesional se topaban con falta de oportunidades o tenían que emigrar a otro país para ejercer la profesión de jugadora de fútbol.

Sin embargo, aún hay barreras que romper y es que las jugadoras de la Liga MX Femenil día con día se enfrentan contra las grandes diferencias que tiene tienen con la Liga varonil.

Estas diferencias se tienen que acortar y cada vez reducir la brecha para que la Liga MX tenga un crecimiento positivo y así mismo haya una igualdad de género, al menos en un deporte como el fútbol y las jugadoras puedan tener menos dificultades para poder vivir de su profesión.

Los números son positivos para la liga varonil. Ellos tienen las facilidades necesarias para que solo se dediquen a jugar dentro del campo. No es el mismo caso en la Liga Femenil, ya que las jugadoras piden a gritos beneficios que sí tienen los hombres y que la balanza debería estar menos inclinada para los jugadores.

Una de las diferencias son los salarios entre hombres y mujeres, y es que los sueldos de las niñas son bastante raquíticos, a comparación de los hombres que sus sueldos están por las nubes. Las jugadoras se quejan de esta situación y es que reclaman que hay clubes que les pagan muy poco dinero para poder solventar sus gastos esenciales. Inclusive, hay jugadoras que tienen que buscar trabajos de medio tiempo para poder ganar un poco más de dinero.

En nuestro país hay jugadoras de fútbol que aún no pueden vivir de su profesión, ya que las futbolistas que más ganan son entre diez mil y doce mil pesos; sin embargo, la que menos gana es entre dos mil y tres mil pesos. Son muy pocos equipos los que tienen “buenos sueldos”, algunos ofrecen becas deportivas.

En cambio, los hombres tienen salarios extremadamente altos, donde el jugador que menos gana como mínimo son veinticinco mil pesos y el que mayor gana ronda cerca de cuatrocientos cincuenta y seis mil y quinientos mil pesos mensuales.

En 2017, el sitio Sportingintelligence publicó el estudio Global Sports Salaries Survey, en el que realizó un análisis comparativo entre los salarios de las jugadoras y jugadores a nivel mundial. En el caso de la Liga MX Femenil, según este estudio, el sueldo promedio mensual de las jugadoras es de tres mil cuatrocientos pesos, apenas el 0,63% de lo que ganan los hombres.

Sin duda es un tema alarmante y es que la brecha salarial es bastante amplia. Las mujeres no piden ganar lo mismo que los hombres, pero al menos tener un salario que les permita vivir del fútbol. Se pueden tener esos salarios, siempre y cuando haya otros apoyos para las chicas, como el darles un departamento y alguna ayuda económica para cubrir su alimentación y sus pasajes.

Sin embargo, la falta de apoyo de la liga y los clubes, ha obligado a varias jugadoras a optar por otros proyectos donde son mejor remuneradas económicamente, y en el peor de los casos, otras jugadoras optan por desertar de la carrera y buscar mejores oportunidades.

Ya que estamos tocando el tema económico, otra dificultad que tiene la Liga femenil son los bonos que sí reciben los hombres por anotar gol, dar una asistencia, jugar cierta cantidad de minutos en el torneo o por ser campeones. Las chicas firman contratos donde no viene especificado que tendrán un bono al final del torneo. Quizás la solución sea el pagar por un asesoramiento legal para que las puedan orientar a mejorar estas condiciones; sin embargo, con los sueldos que perciben las jugados es casi imposible esta opción.

Es inaceptable que un negocio como el fútbol, un deporte que deja muchísimo dinero para todos, no se vea reflejado en el sueldo y bonos que reciben las chicas por parte de los clubes. Se sabe perfectamente que los equipos gastan millones de dólares en algún jugador para reforzar las filas del plantel y es aquí donde surge una duda: ¿Los equipos no cuentan con el presupuesto para mejorar las condiciones de las jugadoras, o no quieren hacerlo?

No cabe duda que un deportista de Alto Rendimiento debe contar con las mejores comodidades para rendir al momento de competir, Esto no existe en la Liga Femenil y es que las condiciones en las que se desempeñan las jugadoras de nuestro país son muy escasas, ya que cuando juegan de visitante y tienen que viajar a otro Estado, lo hacen en camión. Hace un par de torneos, salió a la luz que las jugadoras del Necaxa tuvieron que viajar hasta 10 horas en autobús de Aguascalientes a la Ciudad de México y jugar contra América una hora después de llegar, porque su directiva no quiso pagar avión y hospedaje en la capital.

En cambio, los hombres viajan en aviones a cada uno de sus partidos de visitante, se hospedan en hoteles de cinco estrellas y con los mejores lujos. Tendrían que ser equitativas las condiciones que ofrece el club a los dos géneros porque el objetivo es el mismo: “ganar” y porque pertenecen a una misma institución deportiva, no debería importar el si son mujeres u hombres.

Otro obstáculo que tienen las jugadoras de la Liga MX Femenil es el machismo que abunda en nuestra sociedad y que se ve reflejado en el fútbol al momento de darle reflectores a la Liga MX. En el nacimiento de la Liga muy pocos partidos se televisaban ya que restaban el nivel futbolístico de las chicas y para muchos hombres era fácil decir que era un partido de mujeres, y por ende tenía que ser aburrido.

Las buenas actuaciones de las niñas hicieron que los medios transmitieran más partidos y los estadios tuvieran más asistencia de la gente.

Es trabajo de los medios de comunicación seguir dándole el reflector que se merece a la Liga Femenil y así mismo, conectar a la gente con el equipo de mujeres, que la afición también se identifique con el equipo de las jugadoras y no solo con el de los jugadores.

Así mismo, es trabajo de los clubes el que la afición pueda ir a ver a sus equipos femeniles a los estadios. Hace un par de torneos, la mayoría de los equipos femeniles jugaban sus partidos en estadios “externos”. El ejemplo es del equipo Cruz Azul, entrena en la Noria y tenia que jugar en el estadio 10 de diciembre, en Hidalgo. ¿Por qué no jugar en el mismo estadio donde lo hacen los hombres? Esta barrera se ha destruido poco a poco y es que, ya bastantes equipos juegan en el mismo estadio que lo hacen los hombres.

La FIFA esta muy interesada en darle difusión al futbol femenil a nivel internacional. “La misma FIFA ha promovido la participación de mujeres en el deporte”, señala Claudia Pedraza. Una muestra de ello es el plan de ayuda que la FIFA lanzó para que el futbol femenil pueda hacerle frente a la pandemia.

No cabe duda que aún hay mucho trabajo por hacer para que la Liga MX Femenil siga creciendo y se mejoren las condiciones de las jugadoras. Es trabajo de todos.

Los clubes tienen que quitarse la idea de solo cumplir con el requisito de tener un equipo femenil y verlo como lo que es, un negocio. Existen los recursos para poder inyectarle dinero a la liga; sin embargo, los patrocinadores deben tener un interés de invertir en el futbol femenil para que todavía crezca más. Por parte de los medios de comunicación, deben seguir por el camino que ya están tomando, el de cada día ver más noticias y partidos de fútbol femenil en la T.V, radio, medios digitales, etc.                           

La tarea de los aficionados es eliminar el tabú de: “un partido de niñas es aburrido”, “Las mujeres no pueden practicar fútbol”… Es trabajo de la sociedad quitar esta loza machista que llevamos cargando por mucho tiempo y darnos cuenta que las mujeres pueden jugar fútbol sin problema alguno.

Ya se hizo el trabajo más difícil, el de comenzar. La liga ha tenido un impulso prometedor y no parara de crecer, pero faltan muchas cosas por mejorar y establecer bien las bases de un proyecto que día con día va tomando forma.