Desde la banda
Por: Gabriela Martínez
El grito que ya cae mal
Ciudad de México, Ciudad de México a 07 de noviembre del 2021.- En días recientes, la FIFA, organismo rector del futbol mundial, volvió a sancionar con una multa y juegos de veto a la selección mexicana después de que el grito homofóbico se hizo sonar nuevamente en los juegos del Tri varonil rumbo al Mundial de futbol de Qatar. Por tal acción de los espectadores, México no volverá a jugar con público hasta los partidos de la justa internacional en 2022.
Ahora, la opinión pública culpa a los inadaptados que no han sido capaces de controlarse ni de entender la inutilidad del grito. Por su parte, las autoridades de la Federación Mexicana de Futbol (FMF) han tratado de convencer a los aficionados de no gritar para evitar más sanciones, pero no lo han conseguido. Sin embargo, yo percibo más culpables en este caso.
Los fanáticos están en el ojo del huracán por no guardar la debida compostura, pero en algún momento los dirigentes de algunos equipos de futbol mexicano trajeron líderes de porras sudamericanas para darles más color. Sin embargo, no contemplaron que ellos traerían más tradiciones poco benéficas al deporte y quienes somos pamboleros hemos sido testigos de eso.
Aun cuando esos líderes ya no se encuentran inmiscuidos en las porras, los modelos, las actitudes y las formas siguen presentes y los esfuerzos por desaparecerlos costarán mucho porque es claro que la FMF dejará de percibir los ingresos por taquilla mientras esta situación prevalezca.
Cuando este grito comenzó a escucharse en los estadios de futbol mexicano, no me pareció tan relevante, pero ahora este asunto se debe tomar con más seriedad. De lo contrario, el público seguirá viendo desde el sofá los juegos dirigidos por el “Tata” Martino. Tal vez antes ese grito tuvo un poco de gracia, pero ya no es así.