Alejandra López | Girl Up

Alejandra López | Girl Up

Por: Alejandra López Espinosa / Girl Up Latinoamérica

Límites innecesarios

La impotencia es un sentimiento que hemos experimentado mucho últimamente, el no tener el control y sentir que no podemos hacer nada es algo que todos experimentamos. Sin embargo, les vengo a contar sobre una problemática de la cual sí tenemos control. Los estereotipos de género lastiman y nosotros los hemos creado. El género es un constructo social y por ende es nuestra decisión si seguimos creando expectativas innecesarias y lastimosas. El color azul no era considerado el color de los niños y el maquillaje en un principio era utilizado únicamente por los hombres. Ni el maquillaje, ni los colores tienen género. 

No existen reglas predeterminadas, las reglas las creamos nosotros. No debemos defender reglas que creemos en ocasiones naturales, cuando en realidad han cambiado con los años. Por ejemplo, los deportes son para toda persona que quiera practicarlos y las faldas son para todas las personas que se sientan felices usando una. No limitemos a las personas y no nos limitemos a nosotros mismos. Dejemos de enseñarles a los niños que no son fuertes al llorar, y a las niñas que madres y esposas deben ser cuando crezcan. 

El significado de lo que significa ser hombre y de lo que significa ser mujer es muy diferente para cada individuo. El sexo es algo biológico, el género no y me sorprende que haya entendido la diferencia entre estos dos términos hasta que estaba en preparatoria. Recuerdo bien que una maestra en primaria nos hizo la siguiente pregunta: ¿qué es lo que te hace mujer? y muchos contestamos que el cabello largo o ciertas características físicas, ella entonces nos preguntó lo siguiente: ¿si me corto el pelo ya no soy mujer?  y nosotros le dijimos que seguía siendo mujer, después ella procedió a decirnos que lo que te hacía hombre o mujer eran tus genitales. Ella hablaba sobre el sexo de una persona y muchos años después descubrí que existen más de dos. Lo que está mal es que después de esta ocasión en primaria no volví a aprender sobre el tema hasta que tenía 15 años y todavía me falta mucho por aprender. 

Me atrevo a decir que la educación sobre sexualidad en México es cercana a nula. Deben considerar que toda mi vida he asistido a escuelas privadas y soy una persona privilegiada, aún así, he tenido experiencias extremadamente malas en cuestión a la falta de educación de calidad y el trato tan diferente que nos daban los unos a los otros. Ser mujer en mi escuela significaba usar falda máximo dos dedos arriba de la rodilla, que te dijeran que no debías de tener novio y que tuvieras menos tiempo para jugar en la cancha. Todas estas cosas estaban extremadamente mal, el hecho de que tuvieras que usar falda, el hecho de que te regresaran a tu casa si tenías la falda muy corta, el hecho que asumieran que eras heterosexual y que tuvieras menos oportunidades de desarrollarte en el deporte.

Todas estas suposiciones y limitaciones podemos dejar de crearlas y enseñarlas. Por está razón, los invito a que dejemos de asumir el género de las personas, que preguntemos los pronombres de las personas con las que interactuamos, que rompamos con los estereotipos ya impuestos y le digamos a ese niño que está bien llorar y a esa niña que puede jugar a los carritos, dejemos que las personas decidir quienes son y qué es lo que quieren de su vida. A Alejandra de diez años le hubiera encantado escuchar sobre una mujer fuerte como Simone Biles que aparte de ser la mejor gimnasta en la historia de Estados Unidos, ha buscado que las personas tomen conciencia sobre la salud mental. Mi deporte favorito es volleyball y puedo decir que si un día no pudiera jugar mi felicidad no sería la misma. El ejercicio es importante para la vida de un ser humano y no deberíamos de limitar a alguien por algo tan insignificante como su sexo, ni en el deporte ni en ningún otro ámbito. Y si alguien de mi antigua escuela lee esto, sí estoy muy enojada de que me dejaran jugar menos, espero que ya no lo hagan.