Gabriela Martínez

Gabriela Martínez

Por: Gabriela Martínez

La agresión debe parar

El lunes América y Rayadas se enfrentaron en la jornada 3 de la Liga MX Femenil. El partido pintaba para ser uno de los más reñidos: los planteles que estaban en el terreno de juego son de los más talentosos y cuentan con jugadoras de excelente calidad, pero algo más relevante sucedió al final.

Durante la transmisión, vimos cómo la árbitro del juego expulsó a Craig Harrington, entrenador del América y después del silbatazo final supimos la razón: el británico insultó a las jugadoras de Monterrey y ellas se lo hicieron saber a la silbante. Posteriormente, llegó la sanción de la FMF; sin embargo, este tipo de casos siguen ocurriendo tanto en el club de Coapa como en otros deportes.

Este juego lo vi con mi mamá, una apasionada del futbol y americanista de corazón. Su primera reacción al escuchar las declaraciones sobre los insultos de Eva Espejo, entrenadora del equipo norteño, fue: “Otra vez América, no lo puedo creer”, y si he de ser sincera, también tuve esa misma idea.

El equipo de Coapa tiene antecedentes fuertes sobre violencia hacia las mujeres. Primero, el equipo varonil Sub-17 se mofó de sus compañeras de equipo; después, Renato Ibarra fue acusado de violencia doméstica por su pareja; y ahora, un entrenador, la cabeza del equipo, intimida y violenta verbalmente a las jugadoras del equipo contrario.

Supuestamente, quienes han cometido las faltas han sido sancionados, pero las agresiones no han parado y no entiendo por qué un equipo tan importante como el América le dio las riendas del equipo femenil a Craig Harrington, quien arrastra una serie de acusaciones de violencia hacia jugadoras, las cuales ya le costaron a la comisionada de la liga de Estados Unidos su cargo.

Toda violencia hacia cualquier persona debe eliminarse. A veces pensamos que un grito no provoca nada, pero hay quienes después de un insulto no vuelven a ser los mismos. Todos podemos contribuir para detener las agresiones: seamos respetuosos con la gente, apreciemos sus talentos y si queremos ganar, hagámoslo compitiendo en la cancha.