El negocio de la trampa

Por Gabriela Martínez

Ciudad de México a Ciudad de México a 19 de enero del 2020.- Hay un lema en el deporte que dice: ganar sin honor, no es ganar, pero también está la exigencia que hace que algunos recurran a tácticas no permitidas para llegar a élite de su deporte.

Las razones son muchas, a mi parecer la más importante es el dinero que pueden llegar a percibir tras ser considerados estrellas de su deporte.

La trampa se ha convertido en un negocio muy lucrativo para los deportistas, el dinero por patrocinio que llegan a ganar sobrepasar por mucho lo que uno pensaría.

En el año de 2000 durante los Juegos Olímpicos, Marion Jones se erigió como una de las máximas estrellas del atletismo; la estadounidense ganó cinco medallas, tres de ellas de oro.

En ese momento la atleta llegó a pedir 80 mil dólares por carrera. Siete años después tras un informe que se llamo “caso BALCO”, dio a conocer que su entrenador le había dado sustancias para mejorar su rendimiento sin su consentimiento, por lo que además se retiraba del atletismo.

Miles vieron como ese día cayó una deportista de élite.

Este año, se ha revelado otra trampa en el deporte. Los Astros de Houston son acusados de robar las señas de los equipos que enfrentaron.

Las Grandes Ligas investigaron el caso y se ha sancionado, hasta el momento, a los que ellos consideran las cabezas de esta red de trampas.

La novena que se alza con el campeonato de la MLB se lleva aproximadamente 76.6 millones de dólares.

La pregunta es, ¿vale el dinero percibido perder el prestigio en tu deporte?

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