Jorga Raúl Nacif, el toreo y futbol es su pasión

México se pinta de azul

Por: Jorge Raúl Nacif

Lo anticipamos. Juan Reynoso era el técnico ideal para Cruz Azul… y así fue rotundamente. Se trata del hombre que encabezó al grupo que terminó con la sequía y gritó a una sola voz un “¡sí se puede!” que retumbó en los corazones de una afición que ya se merecía una alegría de esta magnitud.

El torneo de Cruz Azul rayó la perfección. Hace tiempo que no veíamos un campeón tan merecido, pues los 41 puntos sumados durante la campaña son una clara muestra regularidad, constancia que es quizá lo más difícil de alcanzar en el futbol y en la vida misma.

Juan Reynoso se encontró con jugadores extraordinarios, pero que venían dolidos y hasta mentalmente bloqueados por aquella increíble eliminación frente a Pumas. De esta manera, el principal mérito del entrenador peruano fue rescatarlos mentalmente e inyectar profundas dosis motivacionales.

Acto seguido, plasmar en toda magnitud sus dimensiones como estratega. Y es que no es un director técnico que se vaya alegremente al ataque o prefiera meter el camión atrás, sino que su bandera es la del equilibrio; aprieta cuando debe hacerlo, adelanta líneas en el momento oportuno y las retrasa a su debido tiempo.

Hablar de Reynoso es hacerlo de un magnífico estratega. Algunos aspectos de sus planteamientos son de acuerdo al rival que enfrenta, pero también conforme al material con el que dispone. Es notorio que estudia a sus rivales y sabe la manera de maniatarlos, con base en las capacidades y juego de su propio equipo.

Asimismo, se ha destapado como un genio de las variantes; es decir, sabe cambiar sobre la marcha y difícilmente se equivoca. Esto lo convierte en un auténtico ajedrecista, que es la máxima expresión de un director técnico a nivel profesional.

Como jugador levantó el trofeo, el último antes de éste, y ahora fue el destinado para hacerlo desde el banquillo. Honor a quien honor merece. Estaba escrito. ¡Y eso que no era la primera opción parra llegar a la dirección técnica!

Menester también destacar el gran trabajo de Álvaro Dávila, que logra el tan añorado título en su primer torneo completo en la presidencia del club. La plantilla de jugadores se merece todo el mérito posible, dado que cada uno de los futbolistas jugó “como los propios ángeles”.

La afición celebra por todo lo alto y no es para menos. El futbol ya les debía una noche
como la del domingo. México se pinta de azul, ¡SÍ SEÑOR!

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