Análisis con la pluma
Por: Oswaldo Vázquez
Álvaro Fidalgo: El mago y la chistera
Hay jugadores que se adaptan de mejor forma al esquema de un equipo, dependiendo del rol que el técnico les haga cumplir. Muchas veces, el rol que el jugador desempeña dentro del campo y las tareas que tiene que cumplir con y sin balón son lo que terminan condicionando que el futbolista pueda explotar, o no, su máximo potencial.
Álvaro Fidalgo es un jugador con muchas condiciones futbolísticas, es quien seria titular en muchos, por no decir que en todos los equipos de la Liga MX. Actualmente, el español suma muchas cosas al esquema de Fernando Ortiz y es pieza clave para que el América se encuentre en la posición en donde está.
La evolución que ha tenido el español desde su llegada nuestro país es abismal, ha crecido en muchas cosas, desde tomar decisiones más arriesgadas, hasta tener una mejor relación con el gol,
El asturiano es un mediocampista de buen trato con el balón, de características ofensivas, puede jugar como media punta o en doble pivote, inclusive en España jugó cargado a la banda de la izquierda. Fidalgo tiene desparpajo y en la mayoría de las veces es atrevido en el uno contra uno; suele perder muy cosas veces la pelota y es una garantía para su equipo cuando se requiere tener posesiones largas o cuando el objetivo es que la jugada progrese.
Con los mapas de calor podemos observar que hay una tendencia en donde Fidalgo suele recargarse hacia un costado, es decir, lateraliza para poder empezar a generar las jugadas en ofensiva. Hay que recordar que en sus primeras 2 temporadas con América, Solari lo puso a jugar detrás del centro delantero, él era el enlace para dar ese ultimo pases al “9”. Ahora, con el Tano Ortiz, juega en el doble pivote, junto con Richard Sánchez, pero siempre con un poco más de libertad para ir hacia adelante y cargar el área rival, jugando a diferente altura con el paraguayo.
La imagen de la derecha nos marca que el español pisa mucho el propio campo, y es que muchas veces se coloca justo detrás de la primera línea de presión del rival, para poder recibir entre líneas y encarar a los mediocampistas rivales o empezar a asociarse con sus compañeros. Me da la sensación que Fidalgo se siente más cómodo jugando como mediocampista que como media punta porque sus virtudes futbolísticas lo hacen ser la primera escala cuando el equipo sale jugando desde el fondo, pero sobre todo, porque el asturiano sabe que en los carriles interiores siempre va a encontrar a un tipo como Diego Valdés, quien es más un pasador que un armador, el chileno es un jugador trequartista y eso hace que Álvaro pueda hacer otras tareas dentro del campo y no sea él el único responsable de llevarle la pelota a los extremos o al delantero.
En el 2022 el ex jugador del Real Madrid ha tenido más injerencia en el juego de las águilas del América, en el ultimo tercio del campo es más participativo con más frecuencia de pases, realizó más pases por partido que el año pasado y su volumen de toques por juego también ha crecido, casi el doble. Esta temporada es el jugador con más pases filtrados y con más pases en el ultimo tercio. Los cambios de orientación son otra virtud del español, también, suele tirarse a la banda izquierda para generar la superioridad numérica entre él y el extremo contra el lateral rival.
La anterior grafica nos muestra los mejores contenciones al momento de defender y dar salida. Como podemos observar, si bien Fidalgo no defiende tanto, ya que sus características no son esas, pero si es el jugador que más progresa y da salida con pelota dominada, este tipo de mediocampistas siempre son indispensables en los equipos que les gusta ser protagonistas y que les gusta la tenencia de la pelota.
No cabe duda que Álvaro Fidalgo es indispensable en el esquema de este América y que el rol que tiene actualmente le ha sacado el mayor fútbol que tiene dentro, este torneo hemos visto la mejor versión del español desde que llegó a México, estaría de más decir que el asturiano tiene virtudes exquisitas con el balón que lo pueden llevar a ser un jugador todavía mejor.