Desde la banda
Por: Gabriela Martínez
Un pequeño logro
CDMX, CDMX a 28 de febrero 2022.- En el 2019, la selección femenil de futbol de Estados Unidos llegó a la final. En esa instancia, se enfrentó al combinado de los Países Bajos. El estadio lució sus mejores galas y las butacas estaban repletas; de hecho, este Mundial fue el más visto y con más público en las gradas. Al final, el resultado pasó a segundo término después de escuchar cómo los fanáticos corearon al unísono “Equal Pay”.
Tres años antes, las seleccionadas interpusieron una demanda para que la federación de su país les pagará lo mismo tanto a ellas como a los varones. Esto les generó muchas críticas en las altas esferas, incluso del entonces presidente de los Estados Unidos quien les aseguró la derrota.
Para mí ver esa final significó darle presencia al futbol femenil como un deporte de alto rendimiento más allá de un pasatiempo porque los aficionados apoyaban a las chicas resaltando su talento y capacidad para jugarlo. Aquel grito tal vez fue cualquier cosa para algunos, pero demostró que las futbolistas no estaban solas.
Hace algunos días, la federación y las futbolistas anunciaron un acuerdo: ellas se repartirán 22 millones de dólares, un tercio de lo que originalmente pidieron por daños. La USSF también estableció un fondo de 2 millones de dólares para beneficiar a las jugadoras tras su retiro, así como esfuerzos caritativos para fomentar el crecimiento del deporte femenil.
Este es otro pequeño gran paso. Dicho acuerdo solo beneficia a las futbolistas de esa selección, aún no está firmado y el alegato fue desechado por una jueza en Nueva York, pero este es un precedente para que más selecciones femeniles pidan lo mismo a sus federaciones. Ellas no se cansaron, protestaron y con argumentos sólidos lograron su objetivo.
Sueño con un mundo donde la paga por hacer un trabajo dependa solo de la labor en sí y no del género al cual se pertenezca.