Heroínas del deporte

Por: María José Pérez

“En la cima del mundo en vestido y huaraches”: la historia de Lorena Ramírez

Con distancias más largas que un maratón y desniveles que aproximadamente llegan a los 10 mil pies, los ultramaratones son conocidos como la prueba de resistencia más difícil en todo el planeta. Esta prueba requiere de largas horas de entrenamiento y dedicación, pero sobre todo una mentalidad que te lleve a correr cuando el dolor y fatiga lo son todo, y lo único que aún queda son el corazón y el talento.

Para María Lorena Ramírez Nahueachi, el talento y el corazón lo son todo. Lorena nació en la Ciénega de Noragachi, ubicado en el municipio de Guachochi en la sierra de Chihuahua, donde la mayoría de la población es de descendencia tarahumara. Creció en una casa con muros de adobe, vigas de madera y techo de lámina; cada mañana caminaba durante cinco o seis horas siguiendo a las chivas o acompañando a su padre al pueblo más cercano a comprar comida del otro lado de puentes colgantes y estrechos senderos. Para los tarahumaras, correr entre montañas es la manera en que pueden mantenerse en contacto con otras comunidades. Ir a la tiendita a comprar algo de comida significaba horas y horas en la montaña, recorriendo más de 30 kilómetros desde su casa.

El abuelo, padre y hermanos de Lorena se dedicaban a correr. Así que un día, sin que Lorena se hubiera preparado, su padre la llevó a correr su primera carrera en el municipio de Guachochi. Corrió vistiendo un vestido repleto de colores brillantes que ella misma había confeccionado, y huaraches: el atuendo tradicional de la sierra tarahumara. Lorena llamó por completo la atención con su vestimenta, pero dejó a todos boquiabiertos cuando sólo pocos corredores pudieron seguir el ritmo de sus pies ligeros a lo largo de los 10 kilómetros de la carrera. Los tarahumaras se autonombran rarámuri, rara significa pie y muri, correr, por lo que para Lorena correr siempre había estado entre sus venas.

El resto de las carreras de Lorena estuvieron repletas de éxito y medallas. Logró completar el UltraTrail Cerro Rojo de 50 kilómetros en siete horas y tres minutos. Donde además de colocarse en el podio, logró vencer a ultramaratonistas profesionales vistiendo su falda tradicional y huaraches de plástico en temperaturas que llegaban a los 40ºC. Lorena estaba más motivada que nunca, y en años posteriores ganó en cinco ocasiones el ultramaratón de Guachochi, en el que a lo largo de 100 kilómetros los corredores rarámuris más veloces ponen a prueba su resistencia en rutas repletas de montañas.

El éxito de Lorena a nivel nacional la llevó a competencias de alto nivel como la CajaMar Tenerife Blue Trail en España, a la cual fue invitada directamente por la organización. Desafortunadamente, después de haber completado más de la mitad de los 100 kilómetros, se retiró por un fuerte dolor en la rodilla. Sin embargo, la resiliencia y perseverancia de Lorena la llevaron a finalizar en tercer lugar el año siguiente. Este logro llamó la atención de la prensa mundial y desde entonces se le reconoce como “la rarámuri que conquistó Tenerife”.

Lorena está orgullosa de su cultura: “me gusta ser una mujer rarámuri, me gusta tener esta cultura, estas tierras que estoy pisando, donde he crecido, es un lugar muy bello […] me siento muy feliz de lo que tengo”. En varias ocasiones ha rechazado ofertas de grandes patrocinadores deportivos, prefiere correr con el vestido de colores y huaraches de su comunidad. Incluso, su entrenamiento es único, lo que para muchos atletas es estructurado y específico, para ella significa “subir y bajar la montaña”.

El éxito de Lorena ha llegado a los grandes ojos del mundo, de hecho, el documental de Netflix Lorena, la de los pies ligeros relata su historia tan peculiar como ultramaratonista. Para sorpresa de muchos, Lorena no habla español, su hermano es el encargado de traducir todas sus entrevistas.

Lorena y su hermano Mario corren para vivir, como otros muchos indígenas de la sierra tarahumara. Siempre que está a punto de llegar a la meta piensa en su familia, pues su gran motivación es querer sacarlos adelante. Ella, a sus 27 años, aún tiene un gran potencial por delante repleto de triunfos y récords. Aunque, no sólo eso, ella ha sido una gran inspiración para las mujeres indígenas y gracias a ella cientos de niñas rarámuris en la sierra de Chihuahua sueñan con seguir sus pasos. Definitivamente, Lorena no será la primera ni la última en llegar a la cima del mundo en huaraches y vestido.