Sería una hazaña

Por Adrianelly Hernández


@Nellyfut

Ciudad de México a Ciudad de México a 22 de enero del 2020.- Si la Selección Mexicana consigue su boleto a Tokio 2020, al ser uno de los finalistas del Preolímpico de Concacaf que comienza el próximo 28 de enero, se estaría hablando de una hazaña monumental, y es que hay sólo dos cupos y el equipo de Christópher Cuéllar, hay que decirlo, está muy por debajo de los dos grandes favoritos del torneo: Estados Unidos y Canadá.

Aunado a lo que dicen las estadísticas (que México sólo le ha ganado una vez a Estados Unidos y un par a Canadá), el proceso que llevó hasta este certamen no ha sido el mejor para el equipo tricolor, y es que con pocos partidos amistosos contra Selecciones de calidad y con ausencias notables en la convocatoria final, las esperanzas son pocas, nunca nulas, porque el futbol, como deporte que embruja, puede traer consigo sorpresas y sueños que se hacen realidad, pero siendo sincera, es poco probable que las verdes logren cambiar su destino, uno del que no sólo son responsables las jugadoras, también lo es el cuerpo técnico y, por supuesto, los altos mandos de la Femexfut, que no han puesto un ultimátum a los Cuéllar (diré “los” porque la mano de Leonardo Cuéllar sigue meciendo los hilos de los equipos nacionales), al exigirles resultados concretos, no simples participaciones y “ya meritos”.

Ahora, lo interesante vendrá cuando pase este torneo y nos preguntemos, ¿qué consecuencias tendrá? Aquí veo dos escenarios:

1.- Si los números se van al diablo y México logra, de forma heroica, calificar a Tokio, habrá sido más por pundonor de las futbolistas y un tiro de suerte, que producto del desarrollo logrado en meses de preparación. Si esto sucede, ¿la Femexfut hará un verdadero análisis de lo sucedido y determinará quién sigue y quién no en el equipo? Y con esto me refiero al estratega y a algunas jugadoras.

2.- Si no hay sorpresas y México se queda en semifinales, ¿rodará la cabeza de Christopher Cuéllar? Tristemente lo dudo. En la Femexfut tienen una errónea idea de que los Cuéllar inventaron el futbol femenil en México y que quitárselos de las manos sería casi casi asesinarlo a este deporte.

Ojalá abrieran los ojos, que alguien guiara a nuestros directivos y les hiciera ver que lo que Cuéllar y compañía le dieron al balompié de mujeres en México ya caducó, se quedó enmarcado en los repechajes de 2003 y 2007, en los Olímpicos del 2004 y los Panamericanos de 1999 y 2003, ¡gran época!, ¡aplausos!

Claro, se le agradece todo lo hecho, pero ya dieron todo lo que tenían que dar. Es momento de voltear la página, abrir puertas a otros u otras, aceptar que hay estilos de juego más allá de buscar a la 9, incluso, por qué no mirar hacia un técnico extranjero. Hay tanto por hacer en el futbol femenil mexicano a nivel Selección, pero sigue sin estar en las manos correctas. ¿Hasta cuándo? ¿Será el Preolímpico un parteaguas o seguiremos aguantando procesos interminables?

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