Por: Adrianelly Hernández
@Nellyfut

Ciudad de México, Ciudad de México a 20 de mayo del 2020.- El domingo pasado, nos consternamos con la noticia de la muerte de Daniela Lázaro, jugadora del Atlético San Luis, esto porque el mismo club compartió la noticia en sus redes sociales y se replicó en más equipos y medios de comunicación.

De inmediato los cuestionamientos se enfocaron en la causa de su deceso. Considerando el contexto actual, lo primero que mucho pensamos fue Covid-19, pero no hubo indicios de ello, pues los primeros datos arrojaron que fue en su domicilio, aunque sin síntomas de alguna enfermedad.

Lo preocupante llegó horas después, cuando Milenio y Mediotiempo dieron a conocer que la Fiscalía de San Luis Potosí abrió una carpeta de investigación por posible feminicidio, lo que encendió las alarmas, pues es sabido por la sociedad mexicana que la violencia a las mujeres es un acompañante cotidiano.

Al día siguiente, se informó que se desestimó esta teoría por falta de pruebas y aunque el “ahogamiento por asfixia” fue la causa de su deceso, la fiscalía detalló que no hubo suficientes recursos para señalar que existió delito. Con esto, se intensificaron los rumores de un posible suicidio, sin embargo, hasta ahora, ni la familia ni alguna persona cercana se ha pronunciado al respecto y, en lo personal, esto es más que respetable, pues la pérdida de una persona amada, cala en lo más hondo.

Pero no quiero dejar de destacar lo siguiente: si la Fiscalía del estado potosino desechó el feminicidio, espero que haya hecho la investigación exhaustiva, que haya corroborado que Lázaro vivía en ese domicilio y que todas las piezas del rompecabezas encajen, porque de no ser así, se trataría de otro carpetazo para evitar hacer su trabajo y meterse en “camisa de once varas”, y es que día con día escuchamos en México (¡vaya!, hasta el mismo presidente desdeña la violencia hacia la mujer) que se desestiman las denuncias, debido, en gran medida, a la falta de ética y compromiso de las autoridades.

O en caso de que la razón haya sido la segunda, también hace que se enciendan las alarmas, pues qué sociedad estamos construyendo, en la que una joven de 20 años, con futuro en el deporte, que hace unas semanas se decía lista y emocionada por debutar en la Liga, tome esa decisión; sin duda, también es una llamada a reflexionar qué tanta importancia se le está dando al aspecto emocional de las personas, sobre todo para los clubes, quienes deben comprender que tanto en la rama femenil como en la varonil, están tratando con seres humanos, y que en esta pandemia que todos estamos padeciendo, se le debe dar acompañamiento a sus trabajadores, quienes en este caso del deporte, y en otros también, viven con la incertidumbre sobre el futuro.

Al día de hoy, en el que escribo esto, continúa sin conocerse la causa que le arrebató la vida a Daniela, pero sea cual sea, es algo que debe evitarse, ya sea la violencia o el lado emocional, que a ambos aspectos nos concierne como sociedad, nos concierne erradicarlo y lograr que mujeres, niñas, niños, hombres, vivamos en un mundo donde nos sintamos acompañados.

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