Julieta Ortega | Girl Up

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Por: Julieta Ortega / Girl Up Latinoamérica

Sororidad 1 – 0 Patriarcado

La sororidad es uno de los conceptos más usados, y por tanto más importantes, dentro del movimiento feminista. Escuchamos por todas partes en redes sociales, artículos, conferencias, y otros medios en los que se habla sobre feminismo, mencionar esta palabra y su importancia. Pero… ¿Qué significa y cuál es su papel en el deporte femenil?

La sororidad es un término utilizado para referirse a la alianza entre mujeres y su complicidad como parte de una propuesta política que nos alienta a trabajar juntas para alcanzar un objetivo en común (de Grado, 2021). Esta complicidad entre mujeres se reconoce clave en el movimiento feminista y la lucha por nuestros derechos, ya que es de gran importancia que luchemos juntas por la causa para conseguir la liberación del patriarcado; además de que nos hace ser más empáticas con otras mujeres al reconocer que tenemos elementos de opresión en común.

El término también se ha utilizado para ejemplificar la rebeldía de las mujeres ante el patriarcado al formar alianzas y no seguir el modelo de competición entre mujeres que éste impone. Como mujeres, toda la vida nos han enseñado a juzgar a las demás, a tenerles envidia y ser enemigas, ya que de esta manera no nos damos cuenta de que el verdadero enemigo en común es el patriarcado y que la violencia que una vive no es una experiencia única y personal sino que es sistemática. Al formar lazos con otras mujeres podemos compartir nuestras experiencias y organizarnos en masa para hacer valer nuestros derechos y derrocar al sistema patriarcal. La sororidad es importante ya que sin estas redes de apoyo es más sencillo mantenernos oprimidas.

La cultura de competición entre mujeres es algo que sobre todo se ha adoptado en el mundo del deporte. En este ámbito claro que de por sí es necesario el espíritu de competición si se quiere triunfar, sin embargo, en el deporte femenil esta rivalidad se ha convertido en una amenaza para las redes sororas entre mujeres, ya que lxs consumidores de este contenido no solo esperan un ambiente de competencia durante el enfrentamiento deportivo, sino que también esperan que este trascienda a la vida cotidiana de las deportistas para crear drama; incluso dentro de las mismas integrantes de un equipo, lo cual no solo perjudica la dinámica entre las jugadoras sino que nuevamente se perpetúa la cultura de competición entre mujeres.

A pesar de que la sororidad no significa que las mujeres no podamos sentir rabia, frustración o enojo hacia otras compañeras, ni se trata de mitificar la bondad femenina, es importante que entendamos la diferencia entre competir sanamente entre mujeres y construir una rivalidad que nos perjudique a todas tanto dentro como fuera de la cancha. Para esto debemos seguir introduciendo este concepto al ámbito deportivo y ser conscientes de que ver a otras mujeres como competencia no tiene beneficios para nadie más que el patriarcado.

Al llevar la sororidad a la cancha estamos irrumpiendo la comodidad que el sistema opresor quiere imponer, a la vez que creamos espacios seguros para otras deportistas, aprendemos a trabajar en equipo sin la necesidad de vernos como competencia, formamos alianzas y redes de apoyo entre mujeres que tenemos objetivos en común, como lo son la búsqueda por más oportunidades y apoyo por parte de las instituciones, representación en los medios de comunicación, la lucha contra la violencia de género y la sexualización en el deporte, entre muchas otras problemáticas que todas estamos intentando erradicar. No seamos un impedimento para que otras mujeres cumplan sus aspiraciones deportivas sino al contrario, seamos el empujón que muchas necesitan para lograrlo.

2 pensamientos sobre “Desde la grada feminista

  1. Me ha encantado esta aportación tan acertada y cierta; en los deportes es evidente que en ocasiones a las personas del equipo contrario se les ve como enemig@s o rivales, cuando en realidad los deportes debe de ser un espacio de constante aprendizaje, apoyo, disfrutar los momentos que se viven dentro de los mismos. Ahora bien, la perspectiva del texto hacia el feminismo es sensacional, remarcando a la sororidad como base para una convivencia extraordinaria dentro del deporte. Finalmente remarcar mi admiración del texto, apoyo al movimiento y respeto a las observaciones, así como opiniones de este comentario.

  2. Mi más grande inseguridad cuando solía practicar deportes en equipo era ser juzgada por mis compañeras, además de no sentirme suficiente. En esos momentos yo era una niña-adolescente que pensaba que esta competencia tóxica era normal y jamás pude disfrutar del deporte como debería.
    Es importante hacerle saber a las nuevas generaciones que el deporte debe ser un espacio seguro para ellas, e invitarlas a convivir en un ambiente de hermandad y apoyo, con una competencia saludable. Gracias por transmitir este mensaje <3

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