Gabriela Martínez

Gabriela Martínez

Por: Gabriela Martínez

La culpa es de todos

“¡FRACASO!” Es la palabra que se escucha en las últimas competencias donde ha participado la Selección Mexicana de Futbol. Lamentablemente, no hay distinciones entre los equipos varoniles y femeniles, y tras los malos resultados surge la pregunta “¿Quién tiene la culpa?” Pues es de todos y todas. Empecemos de arriba hacia abajo.

Primero, los directivos. A pesar de que había una estructura y todo un programa para lograr el objetivo, la ejecución falló. ¿Por qué? Ni yo ni ustedes lectores lo sabremos a ciencia cierta. Algunas decisiones simplemente no se entienden; por ejemplo, la razón por la cual Jaime Lozano no tuvo continuidad o por qué no buscaron a selecciones competitivas para encuentros amistosos.

Cuando algún reportero cuestiona al respecto, la respuesta es: “Sí habrá partidos amistosos”. Claro que los tienen, pero contra selecciones a modo porque como llevan al equipo mexicano a partidos en Estados Unidos, deben ganarlos para tener contento al público con mejor poder adquisitivo. El Tri genera dinero, pero no demuestra un alto nivel deportivo.

Ahora, pasemos a los jugadores y jugadoras partícipes en cada proceso. Toda la vida hemos escuchado que las y los futbolistas mexicanos no tienen la altura de los europeos, la habilidad de los sudamericanos ni la disciplina de las estrellas mundiales; sin embargo, poseen un tremendo amor a la camiseta nacional, lo cual les hace dar los mejores juegos aun cuando sus rivales sean superiores. Esa característica no se vio siquiera un poco.

De hecho, me gustaría rescatar lo dicho por un seleccionado guatemalteco que enfrentó al Tri en el Premundial Sub-20: “Ellos nos veían como sintiéndose superiores.” ¿Cuándo sucedió esto? ¿Por qué menospreciaron a su rival de esa manera? Al final, la soberbia les pasó factura a los mexicanos.

Otras responsables son las televisoras que hacen las transmisiones de los juegos de la selección y han criticado duramente el aspecto deportivo, pero en cuanto al apoyo sí hay un punto de discusión. En el Premundial Femenil solo los medios con los derechos hicieron una discreta cobertura; no obstante, si hubiera sido el varonil, hubiéramos tenido la pre del pre del prepartido y, por supuesto, la pos.

Por último, los aficionados también están implicados en las fallas. El futbol de masas se acabó por los intereses económicos de cada canal, pero ¿y los fanáticos? Algunos de ellos tienen parte de la culpa porque a veces no exigen (o no exigimos), se conforman con lo que hay, festejan pasar la fase de grupos y ven caer a México en cuartos de final.

Las derrotas duelen, pero si todos asumimos nuestra parte de culpa y corregimos lo necesario, créanme, los resultados serán distintos.

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